lunes, 7 de junio de 2010

Genocidio Katyn

Masacre Katyn.

También llamada “crimen de Katyn” fue la más brutal ejecución de miembros polacos de la historia de Polonia por la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. En principio se refiere a la matanza, por parte de la Unión Soviética a Polonia, de los militares polacos arrestados en el bosque de Katyn, es decir, prisioneros de guerra. Estos polacos, que los habían hecho prisioneros tras la invasión y la derrota de Polonia contra los nazis, una semana después del pacto secreto entre Stalin y Hitler, fueron asesinados. Estos campos se usaron como prisiones, experimentación, etc.

Durante la primavera de 1940 murieron entre 15.000 a 22.000 polacos (la gran mayoría militares o prisioneros de guerra).

El descubrimiento de las tumbas masivas por el ejército alemán (la Wehrmacht) condujo a la ruptura de las relaciones entre el gobierno polaco en exilio y la Unión Soviética. Esta masacre la usaron como publicidad por el régimen nazi, mientras Stalin culpaba a la autoría de este régimen.

Hasta 1960, con el gobierno de Gorbachov, cuando se aclaró la responsabilidad de la Unión Soviética de este asunto. Este hecho aún influye en las relaciones entre Polonia y Rusia.

Cristina Luque







Genocidio de Ruanda

Ruanda es una nación predominantemente cristiana donde tres de cada cuatro personas se dice Católico después de 100 años de exposición intensa a misioneros blancos. En 1994, el país se convirtió en un cementerio enorme. En 100 días, 800.000 hombres y mujeres, bebés y ancianos fueron masacrados ya que bandas merodeadoras de la milicia Hutu cazaron y mataron a cada miembro de la minoría Tutsi que podrían encontrar.
Miles de Tutsi escaparon refugiándose a la iglesia, en cambio fueron matados.
Los testigos dijeron que Seromba, un Hutu, formaba parte de la campaña para exterminar a los Tutsi en un grado extremo. Él urgió a la milicia para que atacar a la iglesia y, en un punto culminante de horror inimaginable, ordenó que pasara la aplanadora aplastando a los que estaban adentro.
Anastase Kinamubanzi, uno de los conductores de la excavadora, retrocedió ante la demolición de "la casa del Dios. " Pero Seromba le dijo: " hay muchos de Cristianos en tierras extranjeras. Esta iglesia será reconstruida en tres días”. Se sita a testigos que dijeron que se les pagó a los conductores y vecinos para enterrar los cuerpos. Entre 2,000 y 2,500 fueron matados.
Hoy, un montón de escombros con malezas, mezclados con fardos de trapos que una vez fueron gente, y cuatro severas cruces de madera son todo lo que queda de la iglesia en Nyange. Una cercana planicie de hierbas exuberantes cubre una tumba masiva. Los ataques sobre los Tutsi en el área Nyange comenzaron el 8 de abril. Dos días antes, el Presidente Juvenal Habyarimana fue matado en un misterioso accidente de avión cerca de Kigali, la capital. Su muerte fue atribuida a la minoría Tutsi, considerada como El enemigo. Esto desencadeno una ola de matanzas y, como paso en todas partes, los Tutsi en el área de Seromba escaparon de sus casas.

Alba Miranda González 4ºA

jueves, 3 de junio de 2010

Genocidio Armenio Sergio Gallego

El genocidio armenio, a veces también llamado holocausto armenio, Մեծ Եղեռն, gran calamidad o masacre armenia, fue la deportación forzosa y masacre de un número indeterminado de civiles armenios, calculado aproximadamente en más de un millón y medio, durante el gobierno de los Jóvenes Turcos, en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1917, durante la Primera Guerra Mundial.

Se caracterizó por su brutalidad en las masacres y la utilización de marchas forzadas con las deportaciones en condiciones extremas, que generalmente llevaba a la muerte a muchos de los deportados. Otros grupos étnicos también fueron masacrados por el Imperio otomano durante este período, entre ellos los asirios y los griegos de Ponto. Algunos autores consideran que estos actos son parte de la misma política de exterminio.

La fecha del comienzo del genocidio se conmemora el 24 de abril de 1915, el mismo día en que las autoridades otomanas detuvieron a unos 250 intelectuales armenios que eran líderes de la comunidad de armenios en Estambul. Posteriormente los militares otomanos expulsaron a los armenios de sus hogares y les obligaron a marchar cientos de kilómetros -por el desierto de lo que hoy es Siria- privados de alimentos y agua. Las masacres no respetaron la edad o el sexo de las víctimas, y las violaciones y otros tipos de abusos sexuales eran frecuentes.

Aunque la República de Turquía, sucesora del Imperio otomano, no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieran realmente, no admite que se tratase de un genocidio, arguyendo que las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial. A pesar de esta tesis, casi todos los estudiosos -incluso algunos turcos- opinan que los hechos encajan en la definición actual de genocidio.

Es generalmente considerado el primer genocidio sistemático moderno; de hecho, es el segundo caso más estudiado de genocidio, después del Holocausto. Hasta la fecha 22 Estados han reconocido oficialmente el genocidio.

En 1914, antes de estallar la Primera Guerra Mundial, en el Imperio otomano había una importante población armenia, aunque no hay acuerdo en cuanto a las cifras. Según el informe aportado por la comisión armenia al congreso de Berlín, en 1878, la cifra era de 3.000.000. por su parte, las autoridades otomanas mencionaban en 1867 la existencia de una población de 2.400.000 armenios dentro de sus fronteras, si bien tras el Tratado de San Stefano, cuando la "cuestión armenia" empieza a considerarse como un problema para el Imperio, la cifra se rebaja por los turcos a entre 1.160.000 y 1.300.000. Otras estimaciones oscilan entre 1.325.000 (la cifra más baja) y 2.100.000 (la más elevada). Aunque se concentraba principalmente en el este de Anatolia, había también una comunidad armenia considerable en el oeste, especialmente en la capital, Estambul, donde todavía hoy habita una importante minoría armenia

La primera razón por la que ocurre el genocidio en Armenia es porque los armenios eran cristianos y los turcos eran musulmanes. En 1915 el Imperio otomano entra en guerra junto con los Imperios Centrales (Alemania y Austria-Hungría), debido a que Alemania ofrece todos los territorios rusos que conquisten y así Rusia tendría que luchar en dos frentes a la vez, lo cual debilitaría su ejército y causaría su colapso. Pero esto no se produjo. En 1916 se comete el genocidio armenio por los turcos en plena guerra. Se secuestraba a los armenios y al día siguiente eran ejecutados. Al principio se ejecutaba a los varones de edad militar, entre 16 y 45 años. Sólo tenían de 15 a 30 minutos para abandonar sus hogares. Eran deportados hacia Iraq y Siria. Lo que básicamente convirtió la deportación de los armenios en genocidio fue las condiciones en las que se llevó a cabo la deportación. Por ejemplo, una gran parte de la población fue enviada al desierto para morir de hambre y sed. Otros eran asesinados por el ejército turco. Mujeres y niños fueron raptados y brutalmente abusados. Toda la riqueza del pueblo armenio fue expropiada.

miércoles, 2 de junio de 2010

GENOCIDIO DE RUANDA por ÓSCAR BLASCO

Se denomina Genocidio de Ruanda a la lucha genocida que hubo entre los hutus y los tutsis en Ruanda en 1994. En Ruanda se distinguen dos estamentos dentro de la etnia Banyaruanda, a la que pertenece toda la población: la mayoría hutu y el grupo minoritario de tutsis. Desde la independencia del país de Bélgica sus líderes siempre han sido hutus, dentro de una rivalidad social agravada por la escasez de tierras y su débil economía sustentada en la exportación de café.
En 1994 las milicias hutus, llamadas Interahamwe (que significa "golpeemos juntos"), son entrenadas y equipadas por el ejército ruandés entre arengas y ánimos a la confrontación con los tutsis por parte de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM) dirigida por las facciones hutus más extremas. Estos mensajes incidían en las diferencias que separaban a ambos "grupos étnicos" y, a medida que avanza el conflicto, los llamamientos a la confrontación y a la "caza del tutsi" se hicieron más explícitos, especialmente a partir del mes de abril en el que se hizo circular la historia de que la minoría tutsi planeaba un genocidio contra los hutus.
Según Linda Melvern, una reportera británica que tuvo acceso a documentos oficiales, el genocidio estuvo bien planeado. En el momento del inicio de la matanza la milicia ruandesa estaba compuesta por 30.000 hombres (un miembro por cada diez familias) y organizados a lo largo del país con representantes en cada vecindario. Algunos miembros de la milicia podían adquirir rifles de asalto Ak-47 con sólo rellenar un formulario. Otras armas, como granadas no requirieron ningún papeleo y se distribuyeron masivamente.
El genocidio fue financiado, por lo menos en parte, con el dinero sacado de programas de ayuda internacionales, tales como la financiación proporcionada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional bajo un Programa de Ajuste Estructural. Se estima que se gastaron 134 millones de dólares en la preparación del genocidio—ya de por sí una de las naciones más pobres de la Tierra—con unos 4,6 millones de dólares gastados sólo en machetes, azadas, hachas, cuchillos y martillos . Se estima que tal gasto permitió que uno de cada tres varones hutus tuviera un machete nuevo.
Según Melvern, el primer ministro de Ruanda, Jean Kambanda, reveló [1] que el genocidio se discutió abiertamente en reuniones de gabinete, y cómo una ministra de gabinete dijo que estaba "personalmente a favor de conseguir librarse de todos los tutsis... sin tutsis todos los problemas de Ruanda desaparecerían".
Probablemente, nunca se sabrá cuántos muertos provocó. Se calculan entre 500.000 y 1.000.000. Si fueron 800.000 equivaldrían al 11 por ciento del total de la población y 4/5 de los tutsis que vivían en el país. Tampoco se sabe cuántas víctimas ha provocado la venganza tutsi. Aunque se habla del "otro genocidio", parece que no es en absoluto comparable.

martes, 1 de junio de 2010

Genocidio Canadá


GENOCIDIO DE CANADA
Durante los años de las escuelas residenciales los niños nativos del Canadá fueron forzados a dejar sus familias y ser internados en las escuelas. El propósito de las Escuelas Residenciales de Canadá era "civilizar" a los nativos, y transformarlos en "europeas de piel oscura". Las Iglesias Anglicanas, Católicas, Prebisterianas y Metodistas llevaron a cabo el trabajo de indoctronamiento para el gobierno federal con el propósito de de "asimilar" a los niños a la sociedad canadiense mediante la eliminación del contacto con sus familias, la prohibición de hablar sus lenguas natales y castigos crueles por practicar su espiritualidad y cultura. Existían dos tipos de Escuelas Indígenas, las Escuelas Residenciales y las Escuelas de Día.
GENOCIDIO DE CHINA
La implantación del régimen socialista en China siguió las pautas del resto del mundo. Millones de muertos de hambre por un sistema económico proyectado por dementes; millones de deportados que murieron en los traslados masivos y forzosos de población; millones de encarcelados, violados, torturados y luego fusilados, todos sin motivos, sin garantías, sin juicios…, en nombre de la “construcción del hombre nuevo socialista”.
La Revolución Cultural, desatada por Mao poco antes de su muerte, con su vuelta al “purismo” socialista (es decir al asesinato como arma política) volvió a extender una pesadilla de terror sobre todo el país, que originó casi diez millones más de muertos (10.000.000) y destrozó lo poco que económicamente se mantenía en pie.
Las cifras más optimistas, es decir las plenamente constatables, nos hablan de una masacre socialista en China de setenta y cinco millones de muertos (75.000.000); eso sin hablar del Tíbet, invadido en los años 50 y cuya población está siendo exterminada lenta y sistemáticamente por Pekín. Cárceles y campos de exterminio levantaron el régimen socialista y lo mantienen en pie.

Gabriel Torrecilla Abadía 4ºA

Genocidio de Darfur

¿QUÉ ES?

El genocidio es un delito internacional clasificado dentro del género crímenes contra la humanidad.
Cualquiera de los actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
Estos actos comprenden la muerte y lesión a la integridad física o moral de los miembros del grupo, el exterminio o la adopción de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo.
Una matanza no es un genocidio

GENOCIDIO DE DARFUR

Es un conflicto militar en curso en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, principalmente entre los yanyauid, un grupo de milicianos formados por miembros de las tribus de los Abbala (criadores de camellos de etnia árabe) y los pueblos no Baggara, principalmente agricultores.
El inicio del conflicto suele situarse en febrero de 2003.
Hubo 400.000 víctimas dada por la organización no gubernamental También más de dos millones de personas se han visto desplazadas de sus hogares a causa del conflicto.
El 31 de julio de 2007 la ONU decide el envío de 26.000 soldados a Darfur.
El actual conflicto se inició cuando concluía la Segunda Guerra Civil Sudanesa. Esta guerra agudizó las tensiones entre la población negra y la de origen árabe en Darfur, a pesar de que ambas son mayoritariamente musulmanas.
La región de Darfur se encuentra en el oeste de Sudán, en la zona limítrofe con Libia, Chad y la República Centroafricana, e integra tres estados (Shamal Darfur, o Darfur Septentrional, Gharb Darfur, o Darfur Occidental, y Janub Darfur, o Darfur Meridional).
En la región de Darfur conviven etnias negras africanas con población de origen árabe. La etnia africana más importante son los fur. Estas tribus negras se dedican principalmente a la agricultura.
Los conflictos interétnicos se deben sobre todo a la competencia por los escasos recursos de la zona, y se han agudizado en los últimos decenios debido al considerable aumento demográfico y a las condiciones climáticas adversas.
A comienzos del siglo XXI, coincidiendo con la Segunda Guerra Civil Sudanesa, se agudizaron aún más las tensiones interétnicas entre las poblaciones negra y árabe. Entre los primeros se extendió el sentimiento de que eran relegados por el gobierno.

DESARROLLO DEL CONFLICTO


Inicios:

Suele afirmarse que el inicio del conflicto de Darfur tuvo lugar el 26 de febrero de 2003, cuando un grupo autodenominado Frente de Liberación de Darfur reivindicó un ataque a Golo, el principal centro militar en el distrito Jebel Marra. Sin embargo, el conflicto se había iniciado en Darfur antes de esa fecha, ya que los rebeldes habían atacado comisarías de policía, puestos militares fronterizos y convoyes del ejército, y el gobierno ya había iniciado un asalto masivo por tierra y aire contra la fortaleza rebelde en las Montañas de Marrah.
Debe tenerse en cuenta que casi todos los habitantes de Darfur son musulmanes, tanto los insurgentes como los yanyauid.
El 25 de abril del 2003, los rebeldes entraron en al-Fashir y atacaron a la guarnición mientras dormían.
Intervención de los yanyauid:
El ataque de al-Fashir marcó un importante punto de inflexión.
El gobierno utilizó a los yanyauid para reprimir el levantamiento de los masalit en 1996-1999. Los yanyauid se convirtieron en el centro de la nueva estrategia gubernamental.
Se provocó una importante crisis humanitaria en la región. La crisis alcanzó una dimensión internacional cuando unos 100.000 refugiados se adentraron en el vecino Chad, perseguidos por milicianos yanyauid.
Un equipo de observadores internacionales de Naciones Unidas informó que las aldeas no árabes habían sido destruidas por completo, mientras que los poblados árabes permanecían intactos:

Acuerdo de alto el fuego:

En 2004, Chad patrocinó la negociación entre los grupos en conflicto en Yamena, lo que tuvo como consecuencia que se firmase un acuerdo de alto el fuego el 8 de abril entre el gobierno sudanés y los milicianos.
En agosto de 2004, la Unión Africana envió tropas para supervisar el cumplimiento del alto el fuego

Acuerdos de paz:


El 5 de mayo de 2006, el gobierno de Sudán firmó en Nigeria, un acuerdo de paz.
Sin embargo, el acuerdo fue rechazado
Los puntos principales del acuerdo eran el desarme de las milicias yanyauid y la incorporación de los efectivos de los grupos rebeldes negros al ejército sudanés.
Pero continuaron los combates en Darfur.
Resoluciones de Naciones Unidas:
El 31 de agosto de 2006, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución para enviar una nueva fuerza de pacificación a la zona, en sustitución de los efectivos de la Unión Africana. Sudán manifestó su enérgica oposición a esta resolución.
Debido a la firme oposición sudanesa, la Unión Africana anunció que prolongaría su presencia en la zona hasta finales de año.
El 31 de julio de 2007, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó por unanimidad el envío de 19.555 soldados y 6.432 policías a la región.
La fuerza multinacional complementará a las tropas desplegadas por la Unión Africana.

NÚMERO DE VICTIMAS

El Servicio de Noticias de Naciones Unidas aseguraba que la organización considera que unas 400.000 personas han muerto y unos 2.000.000 han debido abandonar sus hogares.
Muchos medios independientes y ONG consideran que el número de víctimas es considerablemente mucho mayor.

Raquel Usón Usón 4º

El Genocidio Nazi-Holocausto Paul Cojocariu 4ªA



EL HOLOCAUSTO

A mediados del siglo XIX el poeta judío alemán Heinrich Heine, frente a la persecución antisemita de la que era víctima su obra, profetizó que un pueblo que quemaba libros a la larga quemaría también a la humanidad.Un siglo después su profética advertencia se materializaba en los hornos crematorios de los diversos campos de exterminio diseminados en toda Alemania y en los territorios ocupados por el Tercer Reich.Las palabras de Heine prueban que el racismo y la xenofobia eran un sentimiento muy arraigado en el pueblo alemán mucho antes de que Hitler y sus partidarios nacieran; personalidades como Lutero, Federico el Grande y Richard Wagner ya habían sugerido la deportación o el exterminio del pueblo judío.Adolf Hitler se limitó a capitalizar este enfermizo y ancestral odio racial para ganarse el favor de su pueblo.En los primeros años de su lucha por el poder, Hitler pronto advirtió durante sus discursos, que las frases antisemitas tenían mejor recepción en su auditorio que las denuncias sobre el tratado de Versalles o las afirmaciones tendientes a inflamar el sentimiento nacionalista.A partir de entonces diagramó su carrera política explotando hábilmente la xenofobia de su pueblo y despertando las cualidades más nefastas de los alemanes. El desarrollo posterior de los acontecimientos que desembocaría en un trágico Holocausto se produjo casi por decantación.La acción de las SA y luego de las SS de Himmler en la lucha de los nazis por la toma del poder fueron sobrevaluadas por la historiografía de la posguerra.De la misma forma que se sobredimensionó el poder de la propaganda de Goebbels para tratar de justificar la actitud del pueblo alemán en esos años, el poder de intimidación de las escuadrillas nazis tuvo una ínfima incidencia en el comportamiento de la sociedad alemana.De hecho, la policía y las autoridades de la República de Weimar actuaron en connivencia con los nazis, y la aristocracia alemana junto a los grandes industriales que luego se enriquecerían con la guerra de Hitler, aportaron ingentes sumas de dinero para que los nazis accedieran al poder.Un mito muy arraigado en la historiografía de la posguerra señala que los alemanes fueron mantenidos al oscuro de la llamada solución final.Sin embargo, basta leer el "Mein Kampft" de Hitler, publicado en 1924, para advertir cuales eran sus reales intenciones con respecto a los judíos.En dicho libro que luego sería material de lectura obligatoria en todas las escuelas alemanas, Hitler explica claramente su idea de como extirpar el "cáncer judío" del seno de la sociedad alemana e incluso adelanta sus futuras intenciones con respecto a una invasión del Este de Europa.Los inumerables discursos públicos en donde hace una explícita referencia al problema judío quedan como un testimonio indeleble de la complicidad del pueblo alemán en el mayor genocidio de la historia humana.La compleja y gigantesca maquinaria de muerte que se instauró en Alemania a partir de 1933 hubiese sido imposible sin la participación activa de distintos sectores del pueblo alemán.Los alemanes no solo sabían del plan de matanzas que llevaba a cabo su gobierno sino que en muchos casos colaboraron activamente delatando a familias judías o realizando tareas "comunitarias" en los distintos campos de concentración y de exterminio.Buchenwald, Dachau, Hinzert, Bergen-Belsen, Esterwegen y otros grandes centros de exterminio se hallaban situados en el corazón de Alemania y algunos de ellos como Dachau ya funcionaban en 1933.La población civil alemana actuó en esos años con tal grado de virulencia que incluso las SS debieron intervenir muchas veces para preservar la paz y seguridad de las calles.El sadismo y el grado de criminalidad demostrado por el personal afectado en los campos de exterminio superaba largamente el alcance de las órdenes superiores.Niños, mujeres y ancianos eran asesinados después de haber sido rebajados a una condición infrahumana.La pesadilla de los deportados se iniciaba en el interminable viaje en vagones de ganado que los habrían de conducir a los distintos centros de tortura y exterminio.Quienes sobrevivían al terrorífico viaje en tren eran seleccionados a su llegada y los más débiles eran rápidamente eliminados con tiros en la nuca, gaseados o enterrados vivos en fosas con cal ardiente.Millones de niños, mujeres y ancianos padecieron este destino.Los más "afortunados" eran internados en los campos de concentración donde eran sometidos a todo tipo de vejaciones e incluso eran objeto de experimentos científicos hasta que morían de inanición o de disentería.Los prisioneros eran empleados en las más diversas tareas, desde la construcción de carreteras hasta la fabricación de armamentos, el trabajo inhumano en la explotación de la minas o prestaban los más variados servicios a las industrias privadas.Los empresarios alemanes intercambiaban con las SS el empleo de mano de obra barata a cambio de dinero y la mayoría de estos empresarios siguieron en su actividad sin interferencias ni juicios después de la guerra.Los internados resultaban útiles incluso después de muertos.El pelo de las víctimas era convertido en fieltro industrial, los huesos sin quemar se vendían a firmas industriales, las cenizas se utilizaban como fertilizantes y los dientes de oro generaban importantes ingresos.


Fosas comunes

La esposa del comandante del campo de Buchenwald tenía en su habitación lámparas cuyas pantallas fueron elaboradas con la piel tatuada de algunas víctimas.El suyo no fue un caso aislado y cientos de alemanes decoraron sus casas con piezas humanas.Claro que para los alemanes, los judíos no eran humanos y tampoco lo eran los gitanos, polacos, italianos y toda etnia que no fuera de sangre teutona.Por eso cuando se habla de genocidio judío se circunscribe la masacre a un grupo en particular cuando en realidad millones de seres no judíos también fueron víctimas del odio antisemita.Para que se tenga una idea, solo en el frente oriental más de dos millones de civiles rusos y polacos no judíos fueron víctimas de las Waffen SS o batallones de la muerte que mataban a residentes, líderes locales, rehenes, prisioneros de guerra y curiosos sin detenerse en su condición religiosa.De la misma manera, se distorsiona la historia cuando se dice que el genocidio fue hecho por los nazis o por Hitler y su reducido grupo de colaboradores directos.Las SS(divisiones selectas del partido nazi) representaban numéricamente hablando un ínfimo porcentaje del ejército regular compuesto en su mayoría por ciudadanos comunes, incluyendo a ministros, industriales y oficiales de baja graduación que jamás pertenecieron al partido nazi.Sin embargo, todos ellos participaron activamente en el genocidio desde los campos de concentración, en los países ocupados o explotando indiscriminadamente la mano de obra barata en las zonas de ocupación. Millones de trabajadores europeos fueron conducidos a la fuerza hasta Alemania para trabajar en sus industrias, ocupando los puestos de quienes partían al frente para servir en la guerra. Muchos de estos trabajadores(italianos, franceses, polacos,etc) no eran judíos pero pagaron el precio de la ocupación con deportaciones y vidas misérrimas que causaban la muerte.Los tristemente célebres campos de exterminio de Auschwitz y Treblinka, ubicados en territorio polaco, cuentan con el mayor número de víctimas que según algunas estimaciones supera los cuatro millones de muertes.Otras seis millones de personas fueron asesinadas en los campos de concentración ubicados en Alemania y un número sin determinar de seres humanos fue masacrado por los alemanes en los territorios ocupados y en los Kommandos o sucursales de los grandes campos de exterminio.Jamás se sabrá el número exacto de víctimas ni la proporción de muertes según el tipo de etnia pero es indudable que los judíos fueron quienes padecieron la mayor cantidad de muertes que de acuerdo a algunas estimaciones rondaría las seis millones de personas.


Niños bajo experimentación

Sin dejar de reconocer honrosas excepciones, el comportamiento del pueblo alemán durante el gobierno de Hitler,en términos generales, tuvo la actitud de un pueblo bárbaro y criminal que no se ajusta a los parámetros de una sociedad civilizada.La estadística de los hechos demuestra que la mayoría de los ataques que sufrieron los "extranjeros" en territorio alemán fueron obra de la población civil y no de las SS o la Gestapo, más aún en tiempos de guerra cuando la mayor parte de su personal se hallaba afectado en los distintos frentes de batalla.Si pensamos que el nivel de matanzas alcanzó sus niveles más altos a partir de 1940 resulta más que evidente la participación activa y espontánea de la población civil en la maquinaria de muerte.Muchas veces la historiografía de la posguerra ha hecho hincapié en el grado de coerción e intimidación al que era sometido el pueblo alemán por parte de sus autoridades.Esta infame mentira queda al descubierto cuando se analizan los últimos meses de la guerra.En un país devastado por las bombas enemigas, con el sistema estatal desarticulado, las vías de comunicación rotas y con un Hitler enfermo y encerrado en su bunker, la coerción estatal era nula y, sin embargo, las madres alemanas no dudaban en mandar a morir a sus hijos, a veces ni siquiera adolescentes, de manera absolutamente espontánea.A fines de 1944 mientras Alemania se derrumbaba en todos los frentes, el nivel de matanzas en los campos de exterminio llegó a tener un promedio de 24.000 asesinatos diarios (!!!).Hasta que no se difundió la noticia de la muerte de Hitler, los alemanes siguieron luchando por su Führer con un fanatismo ciego que ni la mejor operación de prensa pudo inculcarles.Los hechos prueban que no se trata ciertamente de la conducta de un puebo oprimido o confundido por la propaganda de Goebbels como recita la historia oficial.No obstante el enorme grado de responsabilidad y culpabilidad que pesa sobre su historia, el pueblo alemán no pagó sus culpas y sólo un puñado de hombres conocieron el rigor de los tribunales al término de la guerra.Se dirá que los alemanes pagaron su precio de responsabilidad con sus ciudades devastadas y sus cientos de miles de muertos pero eso fue a consecuencia de una guerra que ellos provocaron en nombre de sus "necesidades vitales de expansión" o Lebensraum. Hoy Alemania es nuevamente una potencia industrial que se presenta al mundo como un país próspero y civilizado. Ya no está el muro de Berlín que era el último vestigio de su vergonzoso pasado pero aún así cabe preguntarse por qué Alemania recibió después de la guerra una ayuda financiera para su reconstrucción que a los países del llamado Tercer Mundo siempre les fue negada.Los pilares de su presente económico siguen siendo empresas que se enriquecieron en la Alemania de Hitler y , sin embargo, nadie jamás condenó ni objetó este hecho.La sociedad occidental lloró de alegría cuando cayó el muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, curiosamente el mismo día que se cumplía un nuevo aniversario del Putsch organizado por los nazis en 1923. Si en los años treinta esa misma sociedad occidental se hubiese unido contra la política de Hitler como lo hizo en 1989 para festejar la caída del muro, millones de vidas humanas se hubieran salvado y el holocausto no habría existido.