viernes, 5 de marzo de 2010

Río de Janeiro : Un muro en las favelas



El Gobierno regional de Río de Janeiro (sede de los juegos Olímpicos 2016) comenzó a levantar el mes de marzo de 2009 varios muros alrededor de algunas de las favelas y barrios pobres que crecen en los morros y montañas de la ciudad.
En total, 13 favelas han sido rodeadas de hormigón.
Concretamente el muro consta de 14 kilómetros de longitud y su altura va de los 80 centímetros a los 5 metros, los principales materiales que usan son hierro, ladrillos de gran porte y hormigón armado.
El objetivo es evitar que las construcciones pobres e inseguras que caracterizan esas comunidades destruyan la vegetación que las circunda, que en Brasil se conoce como el Bosque Atlántico, típico de esa región y que según portavoces oficiales habría perdido más del 90% de su superficie.
(La reserva de Río de Janeiro se llama parque Tijuca, considerado una de las mayores reservas naturales urbanas del mundo.)
En el barrio de Santa marta ya se han levantado más de 600 metros de muralla, mientras que en Rocinha (de más de 200.000 habitantes) el gobierno acordó con los vecinos limitar la pared a las zonas con peligro de deslizamiento.
El resto se compondrá de senderos ecológicos y parques.

- Algunos críticos consideran que los muros de Río buscan separar las zonas empobrecidas de las de mayores recursos, ubicadas entre las favelas y el mar, acabar con la expansión de favelas o servir de contención para los traficantes de drogas.

- El sociólogo español Ignacio Cano, experto en seguridad pública y violencia en Río de Janeiro, afirma que “la necesidad de parar la expansión de construcciones irregulares en zonas de protección ambiental no debería afectar sólo a las favelas, ya que también hay áreas de lujo que se expanden de manera descontrolada”.

“Es evidente que le muro servirá , en realidad, para dificultar que nos narcos huyan entre la maleza cuando la policía ocupe la favela en busca de delincuentes”, comenta un líder comunitario de una favela afectada por el paredón de la discordia. “Lo que pasa es que no quieren entender que el narcotráfico , cuando quiera hacerlo, va a reventar ese muro con explosivos, o por lo menos abrirá agujeros para que las vías de escape sigan existiendo”.

Efectivamente, la medida parece más un intento de asestarle un golpe maestro a las redes criminales que controlan la venta de drogas y la vida cotidiana de muchas favelas.

Ante las frecuentes operaciones policiales que suelen degenerar en brutales fuegos cruzados, los delincuentes siempre cuentan con la última opción de emprender la fuga a través de zonas boscosas que rodean estos suburbios.
Con frecuencia, los narcos también invaden favelas controladas por facciones criminales rivales a través de la maleza, de manera que dificultarles la movilidad por medio de barreras físicas podría suponer una nueva y aun inexplorada forma de estrecharles el cerco.

Los habitantes de Dona Marta no critican el muro abiertamente. Unos simplemente dicen que les molesta no continuar teniendo acceso directo al bosque para recolectar frutas silvestres de temporada. Otros necesitan algunos minutos de conversación para acabar admitiendo, siempre conservando su identidad, que se sienten más segregados con la construcción de estos cercos de hormigón.
“Esto no es más que una manera de tenernos más controlados, de que molestemos menos a la gente que vive en el asfalto”, comenta uno de los habitantes de la favela mientras observa con visible desagrado una fila india de hombres uniformados de azul que pasan transportando grandes tablones destinados a los pilares del muro.
La polémica está servida en Río de Janeiro una vez más. Dona Marta es un lugar idílico y apacible en comparación con otras favelas, como Rocinha, Pavao Pavaocinho o la ladera de los Tabajaras.

La gran pregunta ahora es…
¿Qué ocurrirá cuando el muro llegue los próximos meses a estas otras favelas, donde el narcotráfico campa a sus anchas y se muestra irreductible ante el poder público?







Rebeca Tul Moreno

No hay comentarios:

Publicar un comentario