La Corte Internacional de Justicia dictaminó el 9 de julio de 2004 que la construcción de el muro israelí en Cisjordania es ilegal según el derecho internacional y pidió su derribo. Esta construcción, además, contribuye a producir graves violaciones de los derechos humanos.
Sin embargo, la mayor parte de el muro no se está construyendo a lo largo de la Línea Verde entre Israel y Cisjordania. Aproximadamente el 90 por ciento del trazado que sigue está en territorio palestino dentro de Cisjordania, rodeando localidades y pueblos palestinos y aislando entre sí a comunidades y familias y separando a los campesinos de sus tierras y a los palestinos de sus lugares de trabajo, centros educativos y de salud y otros servicios esenciales.
La valla rodea más de 50 asentamientos civiles israelíes en los Territorios Ocupados, donde viven la mayoría de los colonos israelíes y que son ilegales conforme a la legislación internacional. Las excepciones por motivos de seguridad previstas en el derecho internacional humanitario no pueden invocarse para justificar medidas que benefician los asentamientos israelíes ilegales a expensas de la población palestina sometida a ocupación. La construcción de la valla dentro de los Territorios Ocupados es una de estas medidas y, en su configuración actual, la valla constituye un incumplimiento de las obligaciones contraídas por Israel en virtud del derecho internacional humanitario. La dirigencia palestina acostumbra a llamar a la barrera “Muro del Apartheid” o nuevo “muro de la vergüenza”
Está formada:
La barrera que divide el territorio entre Israel y Cisjordania está formada por vallas, alambradas, zanjas y placas de cemento de hasta 8 metros de alto. Algunas secciones tienen también sensores, arena para identificar huellas fácilmente, carreteras de patrullaje y zonas de separación o "buffer zones", de hasta 60 metros.
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